Liahona Diciembre 1996

Las palabras del Profeta actual

Reflexiones y consejos del presidente Gordon B. Hinckley

Nuestro testimonio de Cristo

“Ninguna de las religiones exis­tentes expresa un testimonio mayor de la divinidad de nuestro Señor Jesucristo como Hijo de Dios y como Redentor del mundo que la Iglesia que lleva Su nombre: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Su evangelio es el evange­lio que enseñamos, Y nos esforzamos por trabajar con el mismo espíritu de amor que El ejemplificó”.1

La paz en el mundo

“El Evangelio de Jesucristo es el único elemento que puede destruir el odio que existe entre la gente. Si las personas aplican el evangelio a su vida y reconocen la paternidad de Dios, la hermandad del hombre y los efectos de la expiación de Cristo, en el mundo reinará una paz mucho más grande; y mientras esos conceptos no se extiendan más generalmente entre la gente, no obtendremos paz. Ese es el motivo por el que nos encontramos aquí, mis hermanos; ése es el objetivo de nuestra obra: enseñar el Evangelio de Jesucristo y conmover el corazón de las personas de tal manera que se vean unas a otras como herma­nos, como hijos de nuestro Padre Celestial”.2

El amor al Señor

“Amar al Señor no es simple­mente un consejo, no es sólo un buen deseo; es un mandamiento. Es el primero y grande mandamiento cuya obediencia se nos exige, porque el amor a Dios es la raíz de la cual brotan todos los demás tipos de amor. Es la raíz de toda virtud, de toda bondad, de toda fortaleza de carácter, de toda lealtad hacia la rectitud… Amemos al Señor nuestro Dios y amemos a Su Hijo, y agradez­camos siempre Su amor por noso­tros. Aunque cualquier otro amor falle, ese amor que Dios nos tiene, resplandeciente, trascendental y eterno, y el amor de Su Hijo, que dio Su vida por cada uno de noso­tros, siempre permanecerán”.3

Las promesas de Dios

“Las promesas del Señor son grandiosas. Lo que me parece más maravilloso es que el Señor nunca nos pide que hagamos algo que no traiga consigo una bendición. Vivir el Evangelio de Jesucristo no es un sacrificio; no podría ser un sacrifi­cio puesto que obtenemos más de lo que damos. Es una inversión. Y vivir de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo llega a ser la mayor inversión de la que tengamos conocimiento, porque los dividen­dos que nos paga son eternos y permanentes”.4

Una Iglesia mundial

“No somos una iglesia norteame­ricana; ni tampoco inglesa o japo­nesa; somos una iglesia mundial con un mensaje y un programa para todo el mundo, cuyo objetivo primordial es ayudar a las personas, elevarlas y fortalecerlas y, tal como se ha men­cionado con frecuencia, hacer bue­nos a los hombres malos y a los buenos hacerlos mejores; enseñar la paz, el Evangelio de Cristo; tratar de poner en práctica la regla de oro y un programa de ayuda para los afli­gidos dondequiera que se encuen­tren y cualesquiera sean sus circunstancias”.5

Defendamos la rectitud

“Aboguemos por la rectitud; de nada vale ser tibios y permanecer impasibles en un mundo que, como un tobogán, se va deslizando cada vez más. Permanezcan firmes; únanse con otras personas para defender lo verídico y lo correcto, lo moral y lo bueno, sea lo que sea. Al contemplar esta congregación, me doy cuenta de que hay muchas personas que podrían cambiar el curso de las cosas, si todos nos uniéramos para defender lo que el Dios de los cielos ha decla­rado como verídico y recto”.6

La pornografía

“Debemos reconocer a la porno­grafía por lo que en realidad es: Una mezcla maligna de suciedad y vicio que sólo conduce a la desgracia, la degradación y el remordimiento al que participe de ella. La Iglesia espera que todos los que han tomado sobre sí el nombre del Señor Jesucristo anden en la luz de la vir­tud y disfruten de la fortaleza, la libertad y el buen estado de ánimo que se obtienen al hacerlo”.7

La virtud

“No hay nada más valioso en este mundo que la virtud. Si por casuali­dad alguno de ustedes se ha sobrepa­sado, ha transgredido y piensa que no hay más remedio, permítame decirle que no es así. El principio del arre­pentimiento es el primer principio del Evangelio después de la fe en el Señor Jesucristo. Ustedes pueden arrepen­tirse, borrar los errores del pasado y empezar de nuevo. Si hubiere algo en su pasado, hablen en con­fianza con su obispo y resuelvan la situación para seguir adelante en un estado de pureza. Sean limpios. No hay nada más bello en este mundo que una hermosa jovencita que es pura en pensa­miento, palabras y hechos, y tampoco hay algo más bien parecido y atrac­tivo que un jovencito en esas mismas condiciones”.8

NOTAS

  1. Entrevista con Susan Evans, de la Radio BBC 4 de Inglaterra, el 26 de agosto de 1995.
  2. Reunión espiritual con los empleados de la Iglesia en Solihull, Inglaterra, el 30 de agosto de 1995.
  3. Conferencia regional en el Colegio Ricks, Rexburg, Idaho, el 29 de octubre de 1995.
  4. Conferencia regional en Tacoma, Washington, el 20 de agosto de 1995.
  5. Entrevista con Susan Evans, de la Radio BBC 4 de Inglaterra, el 26 de agosto de 1995.
  6. Conferencia regional, Oahu, Hawai, 18 de febrero de 1996.
  7. Reunión espiritual en la Universidad Brigham Young, el 17 de octubre de 1995.
  8. Charla para jóvenes, San Diego, California, 23 de marzo de 1996.